Se oyen de nuevos los tambores, los retumbos y rumores del Festival en Zancos "Chitic", esta vez en Esquipulas, Guatemala.
La energía de las juventudes mesoámericanas está llamada a juntarse nuevamente en un espacio donde la lúdica y la creatividad nos llevan a la esencia real de nuestras acciones, al carácter ritual y sagrado de nuestras vidas, de nuestros devenires y retornos que nos traen a estos espacios donde más que encontrarnos lo que hacemos es re-encontrarnos, fortalecernos, mirarnos a los ojos y sentirnos para que la llama de la vida supere el siniestro de tanta muerte y desolación.
Vivimos momentos de violencia inaútidos en Mesoámerica, momentos de mucha incertidumbre para nuestras generaciones. A pesar de esto una generación nueva se viene cultivando en medio de contextos realmente espeluznantes, aún así la alegría, el amor y la magia de nuestros juegos vienen proponiendo nuevos tiempos, nuevas formas de amor, de mirar la vida, nuevas formas que son las viejas, las antiguas pero con otros ojos y otras manos.
Es un tiempo de sequía y de muerte y como nuestros hermanos Mayas lo han hecho y lo siguen haciendo, nos toca danzar en zancos, gritar, perder el juicio, cantarle al "Corazón del Cielo" para que envíe la lluvia necesaria, el agua vital que se torna fundamental para seguir trazando los caminos de quienes nos acompañan y acompañarán en este Río que nos atravieza el alma y que al mismo tiempo somos.
Seguiremos borrando las fronteras imaginarias, esas que los poderes hegemónicos construyeron para diseñar sus propios proyectos. Seguiremos brincandonos las barreras políticas e ideológicas para que lo que sobreabunde no sean los ISMOS, sino las vivencias, las experiencias, las emociones que luego alimentan las inteligencias, las mismas que nuestros pueblos originarios dominaron y pusieron en función de la madre tierra.
Nos seguiremos reencontrando en muchos territorios, pero que la fiesta en la Milpa (parcela sembrada de maíz), la de la danza ancestral, la que con sangre y amor humanos han sembrado nuestros hermanos de guatemaya, sea la fiesta por exelencia de nuestras juventudes artísticas mesoamericanas, latinoamericanas...aquellas que se conectan desde el circulo y aprenden a oir su corazón en los cueros de un tambor.
Nos vemos en Esquipulas. De Costa Rica hemos confirmado 25 jóvenes que van dispuestos a todo...! Que no quede un país de centroámerica sin su representación en este evento!
La energía de las juventudes mesoámericanas está llamada a juntarse nuevamente en un espacio donde la lúdica y la creatividad nos llevan a la esencia real de nuestras acciones, al carácter ritual y sagrado de nuestras vidas, de nuestros devenires y retornos que nos traen a estos espacios donde más que encontrarnos lo que hacemos es re-encontrarnos, fortalecernos, mirarnos a los ojos y sentirnos para que la llama de la vida supere el siniestro de tanta muerte y desolación.
Vivimos momentos de violencia inaútidos en Mesoámerica, momentos de mucha incertidumbre para nuestras generaciones. A pesar de esto una generación nueva se viene cultivando en medio de contextos realmente espeluznantes, aún así la alegría, el amor y la magia de nuestros juegos vienen proponiendo nuevos tiempos, nuevas formas de amor, de mirar la vida, nuevas formas que son las viejas, las antiguas pero con otros ojos y otras manos.
Es un tiempo de sequía y de muerte y como nuestros hermanos Mayas lo han hecho y lo siguen haciendo, nos toca danzar en zancos, gritar, perder el juicio, cantarle al "Corazón del Cielo" para que envíe la lluvia necesaria, el agua vital que se torna fundamental para seguir trazando los caminos de quienes nos acompañan y acompañarán en este Río que nos atravieza el alma y que al mismo tiempo somos.
Seguiremos borrando las fronteras imaginarias, esas que los poderes hegemónicos construyeron para diseñar sus propios proyectos. Seguiremos brincandonos las barreras políticas e ideológicas para que lo que sobreabunde no sean los ISMOS, sino las vivencias, las experiencias, las emociones que luego alimentan las inteligencias, las mismas que nuestros pueblos originarios dominaron y pusieron en función de la madre tierra.
Nos seguiremos reencontrando en muchos territorios, pero que la fiesta en la Milpa (parcela sembrada de maíz), la de la danza ancestral, la que con sangre y amor humanos han sembrado nuestros hermanos de guatemaya, sea la fiesta por exelencia de nuestras juventudes artísticas mesoamericanas, latinoamericanas...aquellas que se conectan desde el circulo y aprenden a oir su corazón en los cueros de un tambor.
Nos vemos en Esquipulas. De Costa Rica hemos confirmado 25 jóvenes que van dispuestos a todo...! Que no quede un país de centroámerica sin su representación en este evento!
Olman Briceño
Videos del Festival de Zancos Chitic 2008 en Rabinal, Guatemala: