En medio de la Agonía de esta ciudad, la Peña Alajuelense tomó lugar en el auditoría de la Iglesia del Barrio; ahí, sobre la Calle Ancha. Primero fue la palabra la que tuvo la... bondad de comenzar. Una poetisa, con su hija de brazos recién dormidita le tocó la primera participación de la noche (lástima que no me acuerdo de su nombre). Mientras tanto, el responsable de cuidar la niña, fue José, a quien precisamente le tocó la segunda participación. De esa forma, una poesía "de retar a quienes uno más quiere" -cita textual de la autora-, le cedió el paso a los cuentos estupendos de Chepe. Con los pelos de punta estuvimos un buen rato en la presencia de la Llorona, la Mano Peluda, el Cadejos, la Segua, y después nos relajamos con ellos porque convocaron a un fiestón... con reggaetón incluido (-"ponchis, ponchis, ponchis, po, po, ponch..."-)... se sumaron la Carreta sin Bueyes, y el Padre sin Cabeza. Sólo nos libramos de ellos en el parque de... las estatuas. Este parque estaba en un lugar donde todos eran buenos... sólo buenos y nadie malo, y por eso todas las estatuas que, al menos, nos libraron de este cuentero.
Luego vino Allan Briceño para continuar aterrorizándonos con el Cacaste, y luego ensalsarnos con sus "Ojos Verdes"... qué pieza esa que ha sabido sacar provecho de la lectura de lo más cercano a nuestra identidad radiofónica, en una mezcla entre sabrosura y baladita latina...
Finalmente José Jácamo, con un callo de tremendo vuelo que le ha dejado su vida de músico por los bares de esta ciudad de la Agonía; por todo el Valle Central, donde "nunca nadie pide los temas originales, sólo covers, y por eso es la felicidad de participar en la Peña" -cita textual del autor-. Una técnica musical exquisita, un violín, unas tumbas, un palo e` lluvia, electroacústicas, mucha voz y unos cuentos... que nos tocaron la sencibilidad de la propia infancia, del río y la cueva del río donde nos robamos el primer beso...alguna vez.
Una peña en solidaridad con los hermanos damnificados de Sinchona, un pueblito que queda a sólo unos 10 kilómetros de nuestra realidad de música, cuentos y poesía; a donde se fue la recaudación de todo el sombrero recogido. Una irreverencia de pared de por medio con la misas de las 5 y las 7 que se realizaban simultáneamente, sólo para que veamos que las peñas y los peñeros cabemos en muchas partes y amenizamos casi todo...
Por último: tal vez abrá que ir pensando en comprar un bombillito para iluminar la cara del escenario, quizás también ....Pero lo más importante y verdaderamente fundamental es que esta Peña tiene un equipaso que se mueve y se organiza ejemplarmente. A SIlvia, Allan, Chisa, Chepe, David; a todo el equipo gestor de la Peña Alajuelense (disculpas si omito a alguien): ¡Gracias por esta noche!
Esteban Alfaro
Equipo de Comunicación
GuanaRED
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